Adiós a la Copa. Después de la temprana eliminación de UEFA, nos hacía ilusión llegar lejos en esta competición pero... Habrá que conformarse con la Liga. Y de que manera más vergonzosa hemos caído. Si quería un feliz comienzo Ander Garitano, el nuevo técnico del equipo maño, tendrá que esperar al menos hasta el siguiente partido.
Y el caso es que teníamos esperanzas de pasar la eliminatoria con el temprano gol de Oliveira. Pero este año al Zaragoza eso de ir por delante en el marcador le espanta, y antes del descanso el Racing ya había dado la vuelta al marcador con goles de Tchité y Oriol.En la segunda llegaría el tercero obra de Oscar Serrano. Diego Milito acortaba distancias en el marcador poniendo el 3-2, pero era sólo un espejismo, pues ya en el descuento Zapater hacía un absurdo penalti y Garay marcaba el definitivo 4-2.
He visto en esta eliminatoria de ida y vuelta (por hablar de la Copa) cosas que no me han gustado. Para empezar, los goles del Racing han venido de dos penaltis y tres jugadas a balón parado (buena estrategia). Cada vez que el contrario sacaba un córner o una falta creaba mucho peligro. La defensa del Zaragoza está que no se entera.
Segundo, el centro del campo de nuestro equipo da verdadera lástima. Y es que Zapater y Celades no están en su mejor momento y se ven completamente desbordados por los centrocampistas rivales. Y por si fuera poco, los delanteros tienen que bajar excesivamente a recibir los balones porque no les llegan.
Por último, y lo más preocupante, es que a algunos jugadores se les ve sin fuerzas, sin ganas, sin compromiso. Como si esto no fuera con ellos. Si no fuera por el tridente ofensivo que tenemos (que es de lo poco que se salva), ni siquiera llegaríamos a empatar ningún partido.
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