lunes, 10 de diciembre de 2007

>Real Zaragoza 3 - RCD Espanyol 3<

Lo que viví ayer en la Romareda fue primero estupefacción, angustia, más tarde cabreo, y alivio por los pelos al final. Y sin embargo muchas de las cosas que pasaron ayer me dio la sensación de haberlas vivido ya. Fue de los pocos partidos en los que me quedé en mi asiento hasta que terminó el partido y no me levanté hasta que el árbitro pitó el final.

El Zaragoza empezó ganando con gol de Diego Milito apenas comenzado el partido. Nos las prometíamos muy felices pero... en apenas 8 minutos (¡Sí, en sólo 8 minutos!) el Espanyol había dado la vuelta al marcador con tres goles. Uno de ellos, por cierto, un golazo de Tamudo por toda la escuadra. No es la primera vez que le remontan así un partido al Zaragoza y en tan poco tiempo (Valladolid y Betis por ejemplo ya lo hicieron). El equipo en general estuvo bastante mal en la primera parte (Paredes y D´Alessandro fueron las únicas excepciones), en especial algunos jugadores que no están al nivel del año pasado. Dos de los goles del Espanyol llegaron por la banda derecha y la afición del Zaragoza pitó a Diogo por su mala actuación (en la segunda parte fue sustituido). Zapater no es el mismo de otros años, no lucha ni pelea los balones con tanta intensidad como lo hacía antes; esperemos que vuelva a cobrar pronto protagonismo. Se notó que Aimar quería sobresalir en el medio campo porque luchaba ayer como nadie todas, aunque muchas veces iba de un lado a otro y al final le pitaban falta cuando intentaba recuperar el balón; pero es que cuando no te salen las cosas simplemente no te salen. Y así en general muchos jugadores.
El equipo se fue al descanso con una sonora pitada de la grada.

En la segunda parte salieron más enchufados y lograron arrinconar al Espanyol. Pero este año por más oportunidades que tengamos (en todo el partido) no metemos un gol ni al arcoiris. Milito tuvo en sus botas el segundo pero el portero Kameni lo impidió con el pie tirándose al suelo. Y para mayores males tras una entrada de Luccin peligrosísima a un jugador del Espanyol nos quedamos con 10 jugadores. Fue un gran error dejar así al equipo.
Pero lejos de rendirnos seguimos empujando y a falta de 20 minutos Victor Fernández introdujo algunos cambios. Entre ellos Oliveira salió al campo y revolucionó el partido. Tanto fue así que en el minuto 40 Oliveira metía el segundo a pase largo y raso de Milito. Y en el 45 tras marcharse por la banda derecha, el delantero argentino se sacaba un centro magnífico al área que superaba a la defensa contraria y llegaba a Oliveira para que empalmándola a la primera metiese un golazo digno de mención.
Aún estuvimos a punto de meter el cuarto pero Diego no llegó a rematar una jugada en la que se había quedado sólo frente al portero y un defensa muy hábil se le adelantó. También el Espanyol pudo marcar el cuarto, pero sus delanteros no fueron muy hábiles al finalizar una jugada de pared en la que César ya estaba superado y que cayeron estrepitosamente en fuera de juego.

Al final, reparto de puntos que al Espanyol le supo a derrota y al Zaragoza según dijeron después a victoria. La verdad es que este punto no nos sirve de nada si lo que queremos hacer es arrancar de una vez esta temporada. Creo que el equipo tiene jugadores como para estar más arriba en la clasificación y que muchas circunstancias han y están castigando demasiado al equipo (la temprana eliminación de la UEFA, las múltiples lesiones, el bajón de muchos jugadores,...). Después de las espectativas que se habían creado este año resulta un poco duro que no estén saliendo las cosas bien. Pero no creo que la solución sea cuestionar al entrenador partido tras partido. Echarlo ahora no arreglaría las cosas. Debemos darles un voto de confianza a todos aunque nos cueste.

2 comentarios:

AguR dijo...

Creo que tenían intención de poner un vídeo del final de este partido adjunto a la entrada 'Milagro' de la Wikipedia... bueno, al menos se terminó el partido con sensación de haber conseguido algo...

kutx dijo...

Muy buen articulo. A seguir animando al zgz que algun dia dara una alegria.