Quién diría que el Zaragoza se estaba jugando más que tres puntos el domingo para salir de la situación tan complicada en la que se ha metido. Dio el partido por imposible cuando ya llevábamos 15 minutos jugados, los mismos que necesitó el Betis para marcar dos goles.
Mark González por partida doble casi sentenció el partido en los dos primeros remates a la porteria contraria del Betis. El primero un balón imposible de cabeza y el segundo tras una jugada individual desde medio campo regateándo a 3 jugadores zaragocistas por el medio campo.
Pavone terminó de rematar al conjunto maño en el 63 con un remate de cabeza hacia atrás muy difícil de meter y que sorpredió a César por alto. El conjunto maño no reaccionó y no fue capaz ni siquiera de meter un sólo gol.
La afición cumplió (como siempre) y la Romareda se llenó con 35000 almas que fueron a ver a un equipo en las últimas.
Pañolada al final con gritos e insultos a directiva y jugadores, y a la salida medio millar de aficionados increparon la salida de los suyos.
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