Mark González por partida doble casi sentenció el partido en los dos primeros remates a la porteria contraria del Betis. El primero un balón imposible de cabeza y el segundo tras una jugada individual desde medio campo regateándo a 3 jugadores zaragocistas por el medio campo.
Pavone terminó de rematar al conjunto maño en el 63 con un remate de cabeza hacia atrás muy difícil de meter y que sorpredió a César por alto. El conjunto maño no reaccionó y no fue capaz ni siquiera de meter un sólo gol.
La afición cumplió (como siempre) y la Romareda se llenó con 35000 almas que fueron a ver a un equipo en las últimas.
Pañolada al final con gritos e insultos a directiva y jugadores, y a la salida medio millar de aficionados increparon la salida de los suyos.

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