En la primera parte nos llevamos un gol al descanso, obra del francés Henry. Al finalizar el partido indignados vimos la jugada repetida comprobando que se había llevado y controlado el balón con la mano para marcar gol.
El partido se puso bonito en la segunda parte con un Zaragoza atacando y presionando. No se lo iba a poner nada fácil al equipo de Rijkaard. Con un pase en profundidad de Sergio García y un esplendido Oliveira marchándose en carrera del defensa y batiendo a Víctor Valdes por bajo, logramos el empate.
Pero cuando más emocionante estaba el partido, una mano de Juanfran (que le dio en el hombro) y sólo vista por el juez de línea, significaba en el minuto 37 de la segunda parte el penalti que le iba dar la victoria injustamente al equipo catalán. Juanfran y todo el Zaragoza desesperados. La afición incrédula.

Lástima de árbitros que tenemos en España. Seguro que éstos dos incompetentes en concreto, llegarán lejos en el mundo del fútbol, igual que pasara en su día con Rafa y Mejuto.
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