Poco pudimos hacer en el partido del fin de semana frente al equipo navarro que se llevó los tres puntos muy justamente.
Las ocasiones más peligrosas del equipo maño llegaron en la primera parte. La más clara el mano a mano de Oliveira frente a Ricardo, que tirándose al suelo puso la mano derecha para robarle el balón limpiamente al delantero zaragocista justo cuando estaba regateándolo. La otra fue una internada de Diego por la derecha y su tiro raso lo despejó Ricardo con la misma mano que antes.
En el minuto 45 Plasil controlaba un balón dentro del área, regateaba a la derecha y tiraba a puerta con la mala fortuna de darle a Ayala y confundir a César que ya se había tirado al otro lado.
La segunda parte fue pésima por nuestra parte. No creamos ocasiones, no controlamos el centro y Osasuna defendió el resultado con uñas y dientes. Incluso nos podía haber hecho más goles.
Ayer se notaron las enormes carencias de este equipo, sobre todo al fallar o no tener su día los jugadores de arriba que son los que nos sostienen la mayoría de las veces.
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